En nuestro estudio fotográfico Roxana Silvera, siempre busco ir más allá de lo evidente. En mis sesiones de fotografía premamá, me encanta explorar nuevas formas de contar la historia de la maternidad, no solo con retratos de barriga, sino con luz, movimiento, sombras y gestos que transmiten lo que las palabras no pueden. Cada sesión es una oportunidad para crear imágenes que se sienten vivas, que capturan el instante exacto en que la emoción se vuelve tangible.
En lugar de enfocarnos en la típica pose frente a la cámara, propongo una experiencia donde la futura mamá interactúa con su entorno: el aire, la luz, telas que se mueven, reflejos, e incluso elementos cotidianos transformados en protagonistas. Así, cada fotografía se convierte en un relato visual único y casi poético.
He comprobado que este enfoque es mucho más efectivo que las poses tradicionales. Al crear un espacio donde la mamá se siente libre, relajada y acompañada, los gestos se vuelven naturales, y cada imagen cuenta una historia diferente. Incluso los pequeños detalles, como el roce de las manos sobre la barriga o la inclinación de la cabeza, adquieren un significado profundo y emocional.
Por qué esta fotografía premamá es diferente
Lo que distingue mi enfoque es que priorizo la sensación sobre la pose. Busco que cada foto cuente algo: la expectativa, la fuerza interior, la conexión con el bebé o con la pareja, incluso la tranquilidad de un momento de soledad. Es una manera de retratar la maternidad desde un lugar más íntimo y sensorial.
Además, trabajar así permite a las futuras mamás sentirse libres. No hay que “posar perfecto”: el movimiento, los gestos espontáneos y los detalles pequeños son los que realmente dan vida a la imagen. Al final, lo que importa no es solo cómo se ve la mamá, sino cómo se siente y cómo se percibe esa emoción a través de la fotografía.
Este enfoque también permite explorar la creatividad de manera ilimitada. Desde juegos de luz y sombra hasta elementos inesperados como telas en movimiento o reflejos proyectados, cada sesión se convierte en un laboratorio de ideas donde podemos experimentar sin perder la esencia de la maternidad. Incluso pequeñas imperfecciones o gestos inesperados se convierten en protagonistas, aportando autenticidad y fuerza a las imágenes.
Cómo diseño sesiones premamá poco convencionales
- Movimiento y telas. Incorporo telas livianas, gasas o pañuelos que puedan moverse suavemente. Esto genera dinamismo, volumen y sensación de libertad, haciendo que la fotografía cobre vida propia.
- Luz creativa. Juego con sombras, luces proyectadas y reflejos para crear atmósferas que van más allá de lo literal. La luz no solo ilumina, sino que “pinta” la emoción y resalta la silueta de la futura mamá.
- Interacción con objetos simbólicos. En lugar de accesorios tradicionales, utilizo elementos que tengan significado personal: zapatos, juguetes que serán del bebé, cartas, objetos cotidianos reinterpretados para contar historias.
- Captura de gestos genuinos. Cada sonrisa, cada mirada hacia la barriga o hacia la pareja se convierte en un instante irrepetible que vale más que cualquier pose clásica.
- Edición artística. Los colores, contrastes y texturas se trabajan para reforzar la sensación de movimiento, emoción y delicadeza sin perder naturalidad.
Estas técnicas permiten crear imágenes que no parecen “de estudio”, aunque lo sean, y que transmiten un carácter cinematográfico y emotivo que es poco visto en fotografía premamá. Además, la mamá se siente protagonista de su propia historia, lo que hace que cada sesión sea también una experiencia personal e inolvidable.
Beneficios de este estilo poco común
- Captura emociones profundas y auténticas.
- Introduce movimiento y vida en cada imagen.
- Convierte objetos cotidianos en elementos simbólicos.
- Genera fotos con un estilo único y memorable.
- Rompe con clichés y poses forzadas, ofreciendo algo realmente personal y artístico.
El resultado es una colección de imágenes que no solo muestran la maternidad, sino que la sienten. Cada foto es un recuerdo que evoca emociones, narrativas y momentos que nunca se repetirán. Como fotógrafa, mi objetivo es que cada futura mamá vea en sus fotos algo más que una imagen bonita: vea su historia, su fuerza y la intimidad de su experiencia transformada en arte visual.
Al final, la fotografía premamá que propongo es un viaje sensorial y emocional. Es un estilo poco visto que combina creatividad, autenticidad y expresión. Cada sesión es diferente, porque cada mamá es única y merece que su experiencia quede reflejada de manera personal y artística. Para mí, no hay mayor satisfacción que ver cómo mis clientes se emocionan al descubrir estas imágenes, reconociendo en ellas algo que va más allá de la estética: su propia historia, capturada para siempre.
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